viernes, 14 de mayo de 2010

DESDE ARGENTINA CON CARIÑO.....

Hermoso y emotivo regalo que me mandaron desde Buenos Aiires el 14 de mayo de 2010.

Interpretes: horacio, fabian, mariel, ivana, silvia, susana, marcela, diego y mariana.

lunes, 22 de marzo de 2010

Ya estoy en la recta final



Ya estoy en la recta final, me durará este nudo en el estómago hasta que me suba al avión? O lograré sacármelo en algún momento?
Es muy raro, todos mis otros viajes a Argentona fueron precedidos de otro tipo de ansiedad. Las otras veces lo único que esperaba era subirme al avión y llegar de una vez por todas a estar al lado de Joan. Ahora me muero de ganas por estar al su lado, porque me abrace fuerte, pero esas ganas se opacan por este maldito nudo que se empezó a formar hace unos días y cada vez me retuerce mas y mas la garganta. Tengo tantas cosas que terminar sí o sí antes de irme, que ni tengo tiempo para tratar de aflojarlo. Además siento que si intento aflojarlo se me va a cerrar más, y ya no va a haber llanto capaz de aflojarlo.
Es muy raro, nunca sentí una ambigüedad tan grande. Me muero de miedo y, al mismo tiempo, estoy ansiando estar definitivamente instalada allá. Pero no puedo aflojarme y solo disfrutar de lo que me espera. Lo que dejo duele mucho, más de lo que me imaginé que dolería. Lo que más cuesta dejar es mi gente, pero también mi lugar. Buenos Aires y Argentina, con todas sus contras y dificultades han sido MI lugar por más de 40 años. Nunca me dí cuenta de la importancia de cosas que consideraba naturales. Algo tan simple como saber qué bondi tomar, cuál es el mejor camino para llegar con auto de un lado a otro, dónde comprar el mejor pan dulce todo el año, la mejor heladería, dónde comer buena pizza o pastas, ir a la carnicería a comprar vacío y que me entiendan, conseguir queso fresco con cáscara con harina y todo  en cualquier almacén de morondanga, o miles de pavadas por el estilo, me parecen ahora cosas significativas, cosas que hacen a mi lugar y que me hacen a mí, a lo que soy.
Cada vez que me iba de viaje, sabía que volvía a casa al pisar Ezeiza, en cada uno de mis paseos, pensaba que antes o después, volvería a mi todoslosdías porteño. Y en cada hostel o casa de amigos extrañaba mi cama, mi baño, o mi cocina para cocinarme algo casero, aún sabiendo que no eran los mejores. Y viviendo acá, a pesar de saber que muchas cosas deben cambiar (y muchas de ellas mucho), nunca me imaginé viviendo en otro lugar.
Hasta que conocí a Joan. Y mis planes dejaron de ser lo que habían sido y mis sueños cambiaron. Y mi jardín ya no tendrá palto (o tal vez si, podemos plantar uno, porque jardín seguro habrá), y habrá parrilla, habitación de los argentinos y hogar de leña. Hogar. Hogar con Bar, con Joan y con los niños. Nuestro hogar. Acá, allá o donde sea, Nuestro. Juntos.
Y al escribir esto último, ya se me aflojó un poquitín el nudo de la garganta.
Ya aprenderé qué autobús tomar, cómo llegar en coche de un sitio a otro, donde beber la mejor orchata (aunque a mí no me guste), dónde sirven los mejores seitons, la mejor escudella., o la más rica crema catalana. Y podré mostrárselos cuando vengan de visita.

viernes, 3 de abril de 2009

De principios y finales



Hace ya 23 hs que dejé mi casa de Buenos Aires. Ya estoy en Barajas. Intento hacer de cuenta que este es un viaje como cualquier otro, que esta vez conoceré Argentona en lugar de Paris, Londres o Venecia, como las otras veces que crucé el Atlántico. Que simplemente me cruzaré con otro idioma nuevo en mis paseos, cuando busco perderme para descubrir esos rincones maravillosos habitualmente ocultos a los turistas. Esta vez escucharé catalán en lugar de francés, ingles o italiano. Catalán mezclado con ese acento español ibérico que tanto me gusta.
Pero sé que no es así. Sé que este no es un viaje como cualquier otro. Sé que esta vez no son solo lindos paisajes lo que me espera sino mucho mas. Parafraseando a un Migre un tanto místico, podría decir que un hombre que bajo del cielo frente a mi hace casi 3 meses, me cambio la vida. También podría decir que hace casi 3 meses, en el medio de la nada mendocina, el Mike 3 (helicóptero dakariano) trajo hasta el CP1 (puesto de control y asistencia donde yo estaba) a Joan, un catalán que está bárbaro, es uno de los hombres más dulces que conozco y habla con ese acento español ibérico que tanto me gusta. Y que como si esto fuera poco, se enamoro de mi tanto como yo de él. Y me cambio la vida.
Y por eso este no es cualquier viaje, ni yo pasearé buscando rincones maravillosos ocultos a los turistas. Porque este viaje marca un principio. Marca el inicio de mi vida con Joan. Marca el empezar a aprender a vivir de a 2 y de a 4 al mismo tiempo, cosa que me suena encantadora y aterradora simultáneamente, todo junto y mezclado. Marca el primer día en que los rincones por descubrir serán los que en breve visitaré a diario y luego les mostraré a quienes vengan a visitarme desde la lejana Buenos Aires. Y también el día en que los rincones conocidos y cotidianos pasaran a ser lugares a visitar esporádicamente. Y esto también me suena encantador y aterrador simultáneamente.
Pero lo más aterrador de todo (y esto no tiene contrapartida encantadora), es saber qué pasará con mi gente, que pasará conmigo y mi gente. Sé que la tecnología me ayudará, no soportaría la idea de cruzar el gran charco y pasarme meses sin tener contacto con mi gente. No se si podría pensar en venirme si no existieran Mr Skype y compañía. Aun con Joan, no sé si me animaría a dejar a todos lejos y ya. Y eso dice mucho de Joan, de lo que significa para mi, porque sin su existencia, la frase anterior hubiese sido ‘ni loca dejaría a todos lejos y ya’, sin la parte de ‘no sé si me animaría’. Y estoy convencida de que acá conoceré gente que pasara a ser mía también, pero siempre sumando a los ya existentes.
Tengo una extraña mezcla de excitación por reencontrarme con Joan y por conocer su mundo (que espero adoptar y que me adopte pronto) y melancolía por lo que dejaré atrás en un par de meses, cuando me venga de forma un poquitín más definitiva. Muero por llegar a Barcelona y abrazarlo de una buena vez. Pero sé que si bien es el principio de algo maravilloso, también es el final de mi vida porteña actual, vida que salvo por no tenerlo a Joan, estaba muy bien.
Ahora ya hace casi 24 hs que dejé mi casa de Buenos Aires. Y faltan poco más de 2 hs para que llegue a mi casa de Argentona. Se siente encantador y aterrador, todo junto y mezclado. Pero cuánto más encantador que aterrador! Es hermoso saber que tanto el principio como el final son elegidos, que poniendo las cosas en la balanza, no me quedan dudas de mi elección.

viernes, 27 de marzo de 2009

La distancia entre la I y la O




El tema de la distancia es algo bastante aleatorio. Qué es cerca y qué es lejos? Además, siempre es la misma la distancia entre 2 cosas? Siempre se siente igual?
Con la I y la O el tema es más complejo. Depende como las miremos, pueden estar muy cerca o no tanto. Si miramos la secuencia de las vocales, por dar un ejemplo, están una al lado de la otra. Lo mismo ocurre en los teclados de la compu (al menos con los teclados en español e ingles que son casi iguales). Sin embargo, si en lugar de las vocales agarramos el abecedario completo, la cosa ya no es tan próxima, se interponen 5 consonantes (algo así como el 20% del alfabeto).
Y si vamos al uso de estas 2 vocales, también es bastante variable el resultado. En un diccionario de geografía seguramente Argentina y Argentona estarían una debajo de la otra. Si en lugar del diccionario nos vamos al mapa, encontraremos que entre ambas no existen solo 1 o 2 cm. (distancia de un renglón al siguiente) sino 11.500 km!
Y si, volviendo a los diccionarios, seguimos con el de los gentilicios, seguramente ‘argentina’ y ‘argentonino’ tengan en el medio, separándolos, ‘argentino’. Pero si vamos al ejemplo puntual de un argentonino y una argentina por todos conocidos, no hay quien logre interponerse en el medio y ellos hasta están por hacer añicos 11.500 Km. solo a fuerza de deseo. Pero esa es otra historia, acá solo quería hablarles de las vocales.